10 de noviembre de 2010

Vincere.








Cambio tantas veces de opinión.
Ayer había amor, mañana no se.
Estoy seguro que esta disparidad de ideas se debe al gran miedo que mi
corazón tiene.
Tan cambiante me siento que lo escrito arriba ya me parece poco apropiado.

No se de donde saque esa bendita manía de ponerle pies y cabeza a todo,
de ponerle un principio y fin.
Yo no se porque tengo esa necesidad de saber el porque de todo, pero que coño, si la 
vida no es mas que un gran porque y yo jodiendome preguntándole todavía.

Y cuando por fin tengo la respuesta me da miedo, me extraña, es una respuesta tan distinta a la
que yo creía, a la que esperaba, a la que quería oír, puedo
decir que es hasta dolorosa, no cabe duda que creo todo un mundo para no lastimarme, para
salir ileso de todo, para sentirme poderoso y no dejar que mis emociones me controlen.
Aquí vengo con mis dedos dudosos de escribir la respuesta, con el alma colgando de un hilo y el corazón,
bueno el corazón, es el corazón.

Hoy tengo la respuesta.

Y la respuesta es inefable, indescriptible, no conoce lenguaje humano.
Podría tratar de darle forma, hacer que cada quien la entendiera, me diera la razón y dijeran: estas en lo correcto, pero no.
La puedo resumir a la transformación de la mariposa.
A la respiración antes de la frase.
A una noche sin final.
El aire antes del beso.
El miedo después de las llamas.
El trueno antes de la luz.

Todo lo escrito durante este tiempo es eso.
Es el cataclismo de mi alma, son la cenizas de mi fénix.
Todo ha sido tan sentido, tan vivido, tan llorado y reído.
Disfrute, quise, ame, sufrí, abracé, corrí, leí, cante, goce, bese, desee, con cada partícula de mi piel,
con cada poro, con cada vello.
Es tan extraño que me empiezo a sentir libre y enredado a la vez de todos estos recuerdos que me atan inútilmente, todas esas ansias no consumadas, todas esas palabras que hubiera querido decir.
Y no me permitiré eso, no seré mi propio esclavo. Seré libre como lo eres tu, seré lo que se me antoje, seré lo que mi alma diga.
Gritare con todas mis ganas, amare con mas fuerza, ganare mi lucha interna.















6 de noviembre de 2010

Gotas de mis días.







Hay días en los que quiero vivir engañado, sin saber de verdades, nostalgia y tristeza.
Y entregar mi alma sin vergüenza, sin temor a lastimarla al fin que el engaño es su medicina.
Hay días en los que quiero vivir en el olvido sin saber de nadie, sin saber de ti, olvidar que
vivo, que respiro, que siento.
 Pero no puedo, la realidad me golpea tan duro y reclama mi ausencia.
Me exige que despierte de mi sueño, que viva, que respire, que sienta.

Realidad, dejame solo, dejame vivir en mi mundo bello, donde el me quiere,
donde el se preocupa y me dice que un día vendrá por mi.
Dejame obscena realidad quiero reír todos los días, quiero sol en mi cielo,
no quiero penas, no quiero.

 Te lo juro que no quiero, pero es lo que vivo y aunque la vida me
haga pedazos tratare de seguir firme, de no perderme en vicios para olvidarte.
Y si una vez te quize, de mi alma te despediré.

Dejare tu camino, poco a poco, lentamente, seguiré
siendo ese amigo que te apoya tan incondicionalmente, fingiré
sonrisas para animarte, reiré contigo, morderé mi labio cuando te vea con el
y pondré mi mirada estúpida que a gritos pide amor.