16 de junio de 2008

Suave.





Recurrente la imagen de tu cuadril.
Fina, pero sin dejar de tener fuerza.
Sensual, escurrida, marcada.
Tibia, apasionante.

Una quimera, persiste.
Que tu piel desnuda, contra el calor del aliento, ceda a mis exigencias.
Y para asi ver, la lucidez de tu alma.

Oh, pena, que desvarios me haces.
Que acaso, es mi destino?
O es mi necedad la que me impide observar, la negacion de tu cariño.
Quien es merecedor de tanto amor, si no existes.

Para que colmar mi corazon de amarguras,
si, tus caderas me pueden salvar del destino.
CS.

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